Le pregunté qué quería que le regalásemos y,
muy fina ella, dijo que cualquier cosa.
Le insistí, y acabó diciéndome:
la pppif. Me explicaba que tiene un hermano que se mete en el barro. Tuvo que
repetirme varias veces el nombre hasta que conseguí entenderlo: La Peppa Pig.
En la juguetería había muñecos preciosos.
Encontramos la Peppa pig, y …. ¡Qué muñeco más feo!
Compramos la deprimente y
horrorosa Peppa pig y se la llevamos. Según me han comentado sus padres, duerme
con ella y se la quería llevar al colegio.
Entre los juguetes que había
pedido al resto de la familia estaban las Monster High. Según me comentaron, todas las niñas las piden ahora.
Después del disgusto que tuve al
ver la Peppa pig, y de haber tenido el gusto de conocer a las Monster High, me
alegro un montón de que duerma y quiera ir al colegio con la Peppa pig.
No hay comentarios:
Publicar un comentario