jueves, 3 de enero de 2013

Todo es relativo

Ya no nos queda sino el día de Reyes. Día importante donde los haya. Sin embargo en algunos sitios y en algunas familias la mayor parte de los regalos se reparten en Noche Buena  o el día de Navidad.
La ventaja de entregar los regalos a los niños el día de Navidad es que tienen todas las vacaciones para poder disfrutar de ellos.
Opto por Papa Noel, a pesar de ser menos "nuestro".
 
Este año mi sobrina me dijo que le pidiera una muñeca “normal”.
Compramos la muñeca, you & me, que tenía incluida una silleta plegable. Le cogimos un par de complementos que venían aparte: unos biberones y un pijamita. Pensé: las niñas, muñecas, y después, según qué cosas, no nos resultan nada familiar. Vi que había unos walky talky de Hellow Kytty  y se los cogí.
 
Bueno, ya está, me he  pasado un poco.
El caso es que a los días tuve que volver a la juguetería  y acabé comprando  alguna cosa más: un par de titadas y vi un perro muy cursi que iba dentro de un bolso, ¡cosa más pija! Me dio la risa y se lo cogí.
 
Al salir de la tienda, pensé: ¡Me he pasado! No va a poder asimilar tantos juguetes de una vez. El día de Navidad coloqué todos los objetos, que yo consideraba una exageración, encima de la cama donde ella ha dormido alguna vez.
Cuando llegaron a casa, les llevé a sus padres y a ella hasta el cuarto donde Papa Noel había dejado los juguetes. Miró los objetos, me miró sonriente  y me dijo: - ¿y qué más? ¿Y que más me ha traído?
No cogía los regalos, quería saber dónde estaban el resto. Cogí la muñeca en la mano y le dije: - yo sólo había pedido esto y te ha traído muchas más cosas.  Le miré a mi hermano y me hizo un gesto de no entender en absoluto la reacción de su hija.
Como nadie le daba razón de lo que ella quería saber, salió corriendo al cuarto de al lado, donde le había puesto los juguetes el año anterior. Comprobó que no había nada allí y volvió más conforme con la respuesta que le habíamos dado.
¿Y qué más? La realidad supera la ficción, somos impredecibles.
Por cierto, que esta noche pasada se ha quedado a dormir aquí. Y aunque la estancia me da para un libro, sólo comentar que a pesar de que ha traído parte de sus juguetes nuevos,  a lo que le apetecía jugar era a la Oca,  hacer dibujos en un cuaderno, jugar con la perra  y también hemos estado un poco en el parque, colgándose de las anillas, porque el tobogán y los columpios estaban mojados.

4 comentarios:

  1. A saber lo que quiren realmente los niños, supongo que esperaba lo nunva visto, como todos nosotros. Demasiadas expectativas para lo que hay realmente.

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    1. La reacción nos hizo gracia por venir de una cría. (A sus padres no sé si tanta)
      He pensado que pudo deberse a que en su casa, cuando volvieron en Noche Buena después de cenar, encontraron unos regalos y cuando se levantaron el día de Navidad conforme iban desayunando y arreglándose había uno o dos regalos que estaban medio escondidos.
      Me da la impresión que lo que más le “emocionó” fue que aparecieran regalos cuando creía que ya no había más. Creo que eso es lo que buscaba en nuestra casa, lo que no estaba a la vista?

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  2. Es muy posible que sea lo que le dices a Periódico.
    Recuerdo que mis padres siempre nos dejaban un regalo "escondido" el día de Reyes, primero en el recibidor, ocultos bajo montones de papeles que habían envuelto los regalos, y ya de mayorcitos, en los zapatos de la galería.
    Yo hice lo mismo con mis hijos, en los zapatos.

    Pero eso sí, hacía pequeños regalos en cada fecha; Papá Noel siempre traía ropa. En Año Nuevo, el Cagatió catalán, "cagaba" dulces y alguna tontería de bazar, baratijas. El Cagatió corresponde en Cataluña a Nochebuena-Navidad, pero bueno, lo distrinuí así.
    Lo grande llegaba en Reyes.

    En fin, que tenían regalos -o regalitos- cada día de fiesta, pero sabían que lo gordo era el último día y no lo han olvidado, los Reyes son lo más importante para ellos ya de adultos. El año pasado mi hija me regaló este cómodo sillón donde estoy sentada ante el teclado.

    También es verdad que de pequeños no lo valoran al tener tanta cantidad, porque no somos sólo los padres quienes les hacemos regalos, en mi caso estaban también los abuelos (4 -bueno, dos parejas, claro-), tíos y tías por ambas partes (5), incluso tíos-abuelos (3). Así que estaban inundados bajo montañas de juquetes y lo consideraban normal.
    Por esto disfrutan más jugando a la Oca, el Parchís, o dibujando, para pasar la "resaca jugueteril", je je je...


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    1. No sé, yo he querido pensar que podía ser eso, porque teniendo en cuenta que somos sus tíos, que tiene unos cuantos tíos más y una abuela, me parecía una exageración dejarle tantas cosas. Lo último que esperaba era la reacción que tuvo…
      A nosotros cuando éramos muy pequeños recuerdo que venían los Reyes Magos, pero llegó un momento en que decidieron que la mayor parte de los juguetes vinieran en Noche Buena, que pudiéramos disfrutar de los juguetes durante las vacaciones y en Reyes nos dejaban algún detalle más pequeño, algo de ropa…
      En mi casa Papa Noel no pegaba mucho, el Olentzero (que viene también en Noche Buena) no convencía, pero que llegaran los juguetes al final de las vacaciones tampoco, así que puestos a ver quién los traía… los traía el Niño Jesús. Además que dejamos de creer en los Reyes muy pronto, al ser cuatro hermanos, el uno por el otro…
      Cuando los regalos dejaron de ser juguetes llegaban el día de Reyes.

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